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Mitos y Tradiciones como parte de la Transculturación en Cuba (página 2)




Enviado por Celia Sanchez Pereira



Partes: 1, 2

Religión y
sociedad: origen y tradiciones

En nuestro país: Cuba, encontramos un abanico de
cultos y creencias, que inevitablemente, han pasado a formar
parte de nuestro acervo cultural, evidenciadas en la
música, bailes, comidas, lenguaje, y otros muchos aspectos
de carácter psicológico, social y cultural. Las
religiones que conforman nuestro quehacer religioso dentro de la
sociedad, han aportado y aportan, elementos de un proceso
culturizador, manifestado como parte integral de su idiosincrasia
y modo de vida cotidiana.

Las creencias religiosas fundamentales llegan a Cuba
desde otras latitudes, primero cuando se fundan las primeras
poblaciones coloniales por España, se introduce el
catolicismo, que como paso inicial para edificarlas, fue la
realización de una misa, y en torno a las primeras
casuchas se construyó una iglesia; en la que se invocaba
el amor a Dios. Tras aquella misa de campaña, vinieron las
siguientes y así siglos y siglos; y los descendientes
quedaron cogidos en las redes de esta religión; desde que
nacen son bautizados, se casan y mueren… creencias no
arraigadas; fe a veces no analizada, costumbres y
tradiciones.

Los colonizadores nos llegan con sus ansias de riquezas
y sus ideas religiosas, preocupados por la salvación del
hombre, para asegurar su fe terrenal y su esperanza en el
más allá.

En la sociedad cubana se amalgaman diferentes culturas,
a consecuencia de la colonización y corrientes migratorias
que tuvieron lugar en diferentes etapas de nuestra historia; las
cuales dejaron de algunas formas impregnadas las ideas o
manifestaciones religiosas, que en cada una de ellas coexistieron
con nuestra población autóctono. Sobreviven con
mayor predominio, en la conciencia del pueblo, la raíz
ética cristiana, introducida por los colonizadores
españoles con la religión católica, a pesar
que, con el paso del tiempo, fue mezclándose con las
creencias africanas que entran con los negros esclavos
procedentes de África, y con diferentes corrientes
religiosas protestantes y espiritistas que nos llegan a finales
del siglo XIX y principios del XX, también están
presentes de alguna forma en nuestra idiosincrasia.

El catolicismo, impuesto por los colonizadores desde su
"descubrimiento", fue impuesto a los negros esclavos llegados de
África. Esto favorece el sincretismo con diferentes
creencias de varias regiones africanas. A su vez estas creencias
son mezcladas entre sí, ya que los esclavos son
transportados en barcos negreros, que trasladan "piezas" de todas
las regiones, y al llegar son instalados en barracones de igual
forma, lo que hace que estas creencias, diferentes entre
sí, también se mezclen, y se produce lo que
calificara Fernando Ortiz como un "Ajiaco Criollo".

El poder español esclavista utiliza la
religión para distanciar la explotación del esclavo
de la idea cristiana del pecado, y lo asoció al concepto
antropológico positivista de la inferioridad del negro y
al razonamiento que la práctica de la esclavitud era
buena, sensata y religiosamente deseable. Con el látigo y
la cruz los colonizadores trataron de cristianizar a los
esclavos, que si bien es cierto que con esto logran extender el
catolicismo, ya no es en su forma pura, sino que se sincretiza
como explicamos anteriormente, con las creencias que mantuvieron
los esclavos ocultas tras los altares católicos. Estas
otras prácticas religiosas que surgen, en la actualidad se
conocen como "Santería", que se origina en la Regla de
Ocha. Además sobreviven también otras
manifestaciones llegadas de África, como son: La Regla
Palo Monte, llamados popularmente paleros, y los Abakuá,
que aunque no son propiamente una religión, sino
más bien una organización fraternal, sí se
fundamentan en leyendas, ceremonias y atributos religiosos de
origen africano. Además se extienden prácticas
animistas y supersticiones dispersas por la
población.

En las siete primeras décadas del siglo XIX
cubano, con toda su complejidad y riquezas de matices,
encontramos un sector blanco librepensador el cual se nutre de
personalidades eclesiásticas como el padre José
Agustín Caballero, el Obispo Espada y el propio Varela;
que darán pasos progresívos en nuestra cultura, y
serán rápidamente reprimidos por Tacón,
Capitán General de la Isla. En estos primeros años
la cultura cubana echa sus raíces fundamentales, donde es
innegable el papel que jugó la religión, sobre todo
la Católica, y que se han mantenido hasta ahora, como
referencia obligada y nutrientes estables de la cubanía. A
pesar que la jerarquía católica fue aliada de
España contra la formación de la nación
cubana. Este es el período en que los dos más
importantes sistemas mágicos religiosos de origen africano
son introducidos en Cuba. La Regla de Ocha o Santería que
llega con los yorubas, y la Regla de Palo Monte que entra con los
congos y que darán pasos definitivos para su
transformación en creencias llamados popularmente
afro-cubanas, con lo cual se amplía tremendamente la
cultura popular tradicional cubana. También a finales de
este siglo y principios del XX ya comienzan los protestantes su
labor proselitista en el país; se conocen primero por
corsarios y piratas, que logran introducir la Biblia,
después se amplían estos conocimientos con la Toma
de La Habana por los ingleses, y toman auge con las
intervenciones norteamericanas a principios de siglo XX. En la
seudorrepública logran entrar diferentes denominaciones,
las cuales alcanzan extender en el país su
feligresía, fundamentalmente en el sector campesino, a los
que no les llegaba la Iglesia Católica. A esto podemos
unir el espiritismo de diferentes modalidades y algunos mitos y
creencias aisladas, en su mayoría de carácter
animista, que generalmente se desarrollan en los campos y barrios
marginales en las ciudades, ya que estos lugares eran el mejor
caldo de cultivo para la proliferación religiosa, dado el
grado de pobreza e ignorancia de su población.

Por lo anteriormente expuesto, podemos deducir el
alcance del "mestizaje religioso" que caracteriza a la
población cubana. Además de esto hay que tener en
cuenta que en Cuba siempre se ha manifestado una tendencia al
ateísmo y a una especie de religiosidad sin dogmas, cuya
explicación no es objeto de este trabajo. Con esta
especificidad del pueblo y en dependencia de factores sociales,
históricos, morales, sicológicos y otros, las
creencias, prácticas y organizaciones religiosas en Cuba
son disímiles; y éstas inciden en mayor o menor
medida en la vida cotidiana de la población. Se afirman en
costumbres, hábitos morales, gustos, formación de
ideales, y de modelos de conducta. Para algunos es la base para
explicarse la creación del mundo y del hombre, y hasta
algunas personas acuden a sus creencias como una manera de
resolver sus problemas, y otros toman estos principios
sólo como elementos que enriquecen nuestra
cultura.

Nos percatamos de la presencia religiosa en nuestro
pueblo, desde tiempos atrás, que comprobamos cuando
observamos iglesias, conventos, alegorías religiosas que
adornan las casas así como personas que conservan las
tradiciones de sus ancestros, que usan cadenas, pulsos, medallas
o crucifijos con imágenes cristianas y otras que muestran
atributos o vestimentas pertenecientes a las creencias de origen
africano. La mayoría de las personas sostienen que
conservan estas creencias o costumbres heredadas por
tradición familiar. Encontramos gentes que asisten a
ceremonias, ya sean católicas, protestantes o de cultos
afro-cubanos o espiritistas. Muchos bautizan sus hijos,
aún sin saber qué significado tiene esta ceremonia.
Existen en el pueblo curas, monjas, pastores, babalaos,
curanderos y hasta quienes hacen promesas a San Lázaro, a
Santa Bárbara o a la Virgen de la Caridad del Cobre. Otros
realizan bembés o toques de santos, ponen vasos de agua
para los espíritus, llevan resguardo y consultan
caracoles. Aunque hay que señalar, que la población
cubana no es adepta al fanatismo religioso, y en su gran
mayoría practican sus creencias sin interferencias
institucionales.

La forma específica de manifestarse la
religión en la vida cotidiana en Cuba, se debe enfocar
desde diversos ángulos: como factor objetivo y subjetivo.
En ambos casos lo podemos encontrar como expresión
cultural o como fe religiosa. De esta manera se revela en el
pueblo la fuerza que han tenido, y tienen, las creencias, para
marcar de una forma u otra el quehacer diario del hombre. Con
frecuencia estas motivaciones suelen ser asociadas a problemas
muy diversos, referidos en su mayoría a su vida material y
no a una espiritualidad mística y por otro lado predomina
en la religiosidad una práctica sistemática, que en
el mayor de los casos se realiza por costumbre familiar y refleja
poca instrucción religiosa. Cuando hablamos de religiosos,
se piensa en aquellos que pertenecen a una organización,
específicamente católicos, protestantes, o cultos
afro-cubanos; pero, no se toma generalmente en cuenta a los que
tienen creencias de otro tipo y no acuden necesariamente a los
templos o a otros lugares de culto.

La religiosidad en la sociedad cubana nos obliga a un
análisis particular en cuanto al contenido de las
creencias en el contexto histórico. Se observan
tradiciones que en determinada etapa pudieron tener un
significado religioso y con el tiempo se han ido modificando y
forman parte para muchos de su idiosincrasia con una
interpretación propiamente laica. Incluso algunas han
desaparecido pero han dejado huellas en nuestra
cultura.

En la actualidad las expresiones religiosas derivadas de
creencias africanas son objeto de cierta revalorización
social, y se les ha otorgado la importancia que han tenido y
tienen en nuestra cultura. No es desconocida la influencia de
estas en nuestros bailes, música, comidas, lenguaje, etc.,
que por el contrario en la etapa de la neo-república,
sobre las creencias y prácticas de este tipo, se
ejercía una subvalorización, desprecio y
discriminación, mientras que, la Iglesia Católica
en ese mismo tiempo logró una posición, por encima
de las restantes instituciones y grupos religiosos, en la que
predominó la educación religiosa católica en
los colegios particulares y establecen organizaciones y
mecanismos que fortalecen su doctrina. Es lógico entonces
pensar, que en la etapa neo-republicana se introduce en la
población cubana, la enseñanza religiosa
católica con más fuerzas que todas las
demás, unido a la influencia derivada de la preponderancia
de la Iglesia en la etapa colonial, con monopolio establecido
entonces y establecido hasta estos días. Por lo tanto,
tienen necesariamente que formar parte de la conformación
espiritual que interviene en el quehacer diario de las gentes del
pueblo. Esto no quiere decir que se manifiesta siempre como
expresión religiosa, por el contrario, la podemos apreciar
mayormente, formando parte de nuestra ética, tradiciones
sociales y en general en nuestro acervo cultural, pero
invariablemente deja sus huellas perceptibles.

Actualmente la Iglesia Católica realiza su labor
religiosa con los mismos derechos y deberes para con el Estado,
que todas las demás organizaciones religiosas existentes
en el país.

La religión forma parte de la vida cotidiana del
hombre, y es asimilada, consciente o inconsciente en sus
hábitos y relaciones con su medio. La humanidad
está marcada por mucho de estos signos religiosos, hasta
donde tenemos conocimientos históricos. En Cuba se puede
destacar algunos mitos, supersticiones y tradiciones con gran
influencia en la población; ceremonias de matrimonio,
bautizos, conmemoración de Semana Santa, Día de
fieles difuntos, procesiones de santos, misas, y otros. Muchas de
estas manifestaciones se llevan a veces por costumbre o
tradición familiar y otras han desaparecido dejando
siempre algunos elementos enraizados en nuestra conciencia.
Cuando buscamos hasta qué punto las religiones han marcado
muestro acervo cultural, nos percatamos que existe siempre
algún rasgo que las identifica. Es imposible
señalar todas las incidencias al respecto, porque
además estas pueden presentarse como elementos dentro de
la sociedad, o como características personales; pero al
menos se señalarán algunas de estas
manifestaciones, que no todas mantienen su sentido mítico
y otras aunque lo mantienen han perdido su fervor religioso, y
algunas han desaparecido. Veremos los casos
siguientes:

  • La Semana Santa. En el período de cuaresma
    los días son guardados muy estrictamente por los
    creyentes – principalmente la Semana Mayor – que
    concurren a los oficios que se efectúan en los templos
    y guardan recogimiento. Pero es notable la diferencia que
    encontramos en la actualidad, tanto en la cantidad de
    personas asistentes, como al rigor de recogimiento en esta
    conmemoración, si lo comparamos más o menos
    mediados de siglo XIX y hasta bien avanzado el XX, donde
    estos rituales eran extremadamente rigurosos. Transcurrido el
    tiempo esta conmemoración se ha ido haciendo cada vez
    más discreta y solamente asisten los creyentes
    habituales.

  • Las Fiestas de Pascuas, es otra de las costumbres o
    tradiciones religiosas que se conmemora desde que se
    introduce el catolicismo, y que aún se mantiene, pero
    no tienen ya ese fervor religioso. Se une la
    conmemoración de la Iglesia al júbilo popular;
    sobre todo sus tradicionales comidas de "nochebuena" el
    día 24 de diciembre, que la gran mayoría de la
    población realiza sin tener ninguna creencia
    religiosa.

  • "Día de Reyes". A finales del siglo XIX estas
    fiestas tenían mucha popularidad, hasta a los esclavos
    se les admitía por sus amos un día de asueto y
    fiesta, y se unía cada uno a los cabildos de sus
    respectivas naciones y efectuaban bailes alrededor de las
    casas de los gobernantes. Este día, ya hasta muy
    entrado el siglo XX, también se convirtió en el
    día donde a los niños se les engañaba,
    poniendo juguetes debajo de sus camas y después se les
    decía que había sido los Reyes Magos. Era un
    día para la mayoría de los niños y
    padres cubanos, donde debajo de sus camas no podían
    aparecer ningún juguete, producto de la miseria tan
    grande que asoló nuestro país durante muchos
    años. Esta costumbre fue abolida después del
    triunfo revolucionario, donde todos los niños tienen
    su día, y no son engañados.

  • El bautizo, es uno de los rituales de la
    religión católica que se ha convertido
    también en tradición popular. Actualmente
    algunos padres bautizan a sus hijos, aún sin conocer
    que significa este ritual; como sucedía en la
    población humilde y campesina que generalmente
    asistía a la iglesia para bautizar algún hijo o
    familiar, en los siglos XVIII y XIX, aunque ya no es tan
    significativo, ni en cantidad ni en el sentido mítico
    con que es realizado. Este es un acto que generalmente se
    tiene como una actividad social, y se ha utilizado como
    fiesta de recibimiento a un recién nacido; lugar de
    reunión de familiares y amigos, donde se realiza
    brindis de bebidas y comidas tradicionales.

  • "Día de los Fieles Difuntos", el 2 de
    noviembre, tradición que se mantiene en el pueblo, y
    que no se ha podido precisar exactamente desde que tiempo se
    conmemora, pero lo cierto es que se pierde en el recuerdo de
    nuestros mayores, lo que quiere decir que viene de siglos
    atrás. Aunque según Frazer el día de
    todos los Santos (esta misma fecha) " es la
    continuación de una antigua fiesta gentílica a
    los muertos". Actualmente esta tradición no se puede
    enmarcar solo en las creencias católicas, porque ese
    día, creyentes de otras religiones también
    efectúan sus rituales. Ha perdido adeptos en la
    población como creencia religiosa, pero se mantiene
    como una tradición popular, y ese día acuden
    masivamente al cementerio gentes del pueblo de todo tipo,
    creyentes y no creyentes, a poner flores a sus familiares
    muertos.

  • En el siglo XIX y principios del XX, la
    población cubana conmemoraba los "Día de San
    Juan" (24 de junio). Fue un gran acontecimiento en la mayor
    parte de las poblaciones en el país hasta bien
    avanzada la República. Esta celebración viene
    de tiempos coloniales, que así como a Roma se le daba
    circo y pan al pueblo, los colonizadores propiciaban en Cuba
    las fiestas religiosas, y corridas de toro, y permiso a los
    esclavos para bailar. Para mejor dominar había que dar
    rienda suelta, para estos inocentes regocijos que ataban por
    la fe. Pero también en la seudorrepública se
    mantienen estas fiestas donde el campo se vaciaba en las
    ciudades. Se hacían ferias y corría el dinero
    en juegos y compras. En los San Juanes hasta las autoridades
    tomaban parte en las diversiones. Se efectuaban fiestas
    populares en muchos lugares y quemaban un muñeco en
    medio de la algarabía de las gentes. Estas fiestas
    eran el marco apropiado para que se reunieran alegremente
    vecinos y amigos donde tendrían la oportunidad de
    hablar, jugar, bailar y cantar. Actualmente no se realizan
    las fiestas de San Juan, sin embargo hay muchas personas que
    las recuerdan y cuentan anécdotas de esos tiempos, por
    ejemplo en barrios campesinos, donde estos días eran
    fiestas populares de la población.

  • "Día de los Santos Inocentes" (28 de
    diciembre). Antiguamente se conmemoraba ese día
    jocosamente entre amigos y familiares. Esto consistía
    en buscar la forma de engañarse unos a otros, para
    hacerlos pasar por "inocentes" como solían
    calificarlos. Se hacían maldades, se engañaban
    y se burlaban unos y otros, momentos estos que se utilizaban
    como expansión espiritual, y demostración de
    amistad y cariño. Todavía hay personas que lo
    recuerdan y hacen pasar por "inocente" a algún
    desprevenido, pero ya no se realiza popularmente como
    años atrás, y mucho menos con el sentido
    fraternal con que era utilizado.

Hay otras expresiones de popularidad que no describimos,
pero que son fechas muy reverenciadas, como por ejemplo: en
septiembre la Virgen de la Caridad del Cobre, el día 8; el
7, La Virgen de Regla o Yemayá y el 24 la Virgen de las
Mercedes u Obbatalá. En diciembre, el día 4, Santa
Bárbara o Changó y el día 17, San
Lázaro o Babalú Ayé. Estas son fechas muy
señaladas que arrastran multitudes de
creyentes.

Vemos también, como en estudios realizados sobre
el lenguaje de la población, se demuestra la influencia
que han tenido y tienen las religiones existentes en el
país; donde se reflejan unas veces en sentido figurado y
otras directamente en el léxico popular. Frecuentemente
escuchamos: "con el favor de Dios", "si Dios quiere", "Dios te
guarde", "Dios mediante" y lo escuchamos en otras expresiones
"Jesús te ampare", cuando una persona estornuda; "con
todos los hierros", cuando hacemos algo bien hecho,
refiriéndonos a una terminología de la
Santería Cubana de un ritual llamado "los guerreros" que
se simbolizan con instrumentos de hierro. Otros exclaman que
tienen "aché", palabra también de la
santería que significa más o menos, buena suerte.
"Te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena", si nos
acordamos de algo o de alguien cuando nos hace falta;
refiriéndonos a esta Santa católica que es patrona
de los truenos. Se exclama ¡Aleluya! cuando se quiere
alejar a alguien y también se dice; "Dios aprieta pero no
ahoga" cuando se encuentran con graves problemas. Así
podemos mencionar múltiples manifestaciones del lenguaje
donde se refleja la influencia religiosa en el habla popular,
donde en la mayoría de los casos, desconocemos su
procedencia.10

Reconociendo también el aporte de otras culturas
al lenguaje cotidiano, se puede poner el ejemplo de la
común frase: "A ese no lo cura ni el médico chino"
la cual asegura todo cubano cuando se encuentra con alguien que
tiene una afección de muy difícil curación,
cuyo pronóstico se sabe de antemano y es
incambiable.

¿Quién fue el relevante galeno, cuya
presencia se eternizó en el modismo popular? Sepamos que
fueron tres, y no uno solo, los médicos chinos que
alcanzaron fama entre nosotros.

En 1858 llegó a La Habana el médico chino
Cham Bom-biá. Este vivió en Matanzas, con
consultorio en Mercaderes, esquina a San Diego y apareció
en Cárdenas alrededor de 1872 donde se instaló en
una casa de la Sexta Avenida, casi esquina a la calle 12. Fue un
notable hombre de ciencias, de amplia cultura oriental, que
mezclaba sus profundos conocimientos en la flora cubana y china,
como sabio herbolario que era, con los adelantos médicos
occidentales. Actuaba con absoluto desprendimiento, cobrando
honorarios a los ricos, y conformándose con decirle a los
pobres: "Si tiene linelo paga pa mí. Si no tiene, no
paga." Vivía solo, y una mañana lo encontraron sin
vida. Se habló de un probable asesinato por celos de sus
colegas. Se trata, sin lugar a dudas, del más famoso de
los tres médicos chinos en Cuba.

Además se encuentran el célebre Medico
Botánico chino Sr. Kan Shi Kon y Don Damián
Morales; este último curaba el cólera con el
inédito método de hacer vibrar los tendones de los
sobacos.11

El uso de la Medicina
Natural y sus antecedentes

Un sabio escribió, con razón, que la
medicina alternativa no es una opción de la pobreza, sino
una riqueza de la naturaleza. Cuba es pródiga en este
sentido.

Tanto los indios como los negros africanos constituyen
los principales representantes de la utilización de la
medicina natural, los cuales, sabiendo aprovechar con eficacia
las ventajas de la flora cubana, resolvieron curar y aliviar
muchos de sus males.

¿Cuáles de las plantas empleadas por estos
se siguen usando hoy por nuestra población con fines
terapéuticos?

De las 244 plantas que fueron empleadas por
aborígenes y esclavos, unas 150 especies se siguen
desarrollando en su hábitat natural con buenas u
óptimas condiciones para su reproducción, y forman
parte de nuestra biodiversidad. Otras 40-50 han perdido
representatividad, por múltiples razones; por ejemplo, la
piña ratón y el cardón, debido a que durante
mucho tiempo fueron muy explotadas para construir las cercas de
los potreros. Algo análogo podemos decir del guamá,
una típica víctima del desarrollo de la industria
azucarera y la agricultura, que exigió el desbroce de
grandes extensiones de bosques: muchas especies de
árboles, entre ellos el guamá, sufrieron la
fragmentación de su hábitat; y hoy, en el mejor de
los casos, se preservan como especies raras. Una situación
similar afrontan diversas especies propias de lugares de
determinada altura en el entorno del ingenio y en terrenos
pedregosos utilizados en el cimarronaje. No menos de 40 especies
han visto disminuir sensiblemente su población, y algunas
son ya consideradas raras.

Entre las plantas que hoy día siguen siendo
utilizadas con los mismos fines que siglos atrás, pueden
destacarse las siguientes: tilo, espinaca, sábila, bija,
palma real, hierba de la sangre, aguacate, esclaviosa,
caisimón, fruta bomba, caisimón de anís,
guanábana, romero, anón, romerillo, chirimoya,
guisazo de caballo, cucaracha, salvia, caña mexicana,
lengua de vaca, bledo blanco, güira cimarrona, bledo
carbonero, verbena cimarrona, anoncillo, mastuerzo, pasiflora,
almácigo, cilantro, algodón, perejil, coco,
culantro, ceiba, orozuz de la tierra, curujey, hierbabuena,
maravilla, escoba amarga, saúco blanco, ponasí,
mejorana, guacamaya criolla, toronjil de menta, guacamaya
francesa, zapatón o barquito, sen, calabaza, verdolaga,
gandul, limón, cundeamor, llantén, mango,
paraíso, itamo real, paraíso francés,
albahaca blanca, estropajo, albahaca morada, orégano,
salvadera, colonia, nitro, quimbombó, rompezaragüey,
anís y caña santa.12

Conclusiones

La dependencia de factores y procesos sociales y
religiosos en la formación de la vida espiritual de los
hombres varía, no obstante, de cierto modo todos imprimen
en ella su sello, y sería una equivocación no
tenerlo en cuenta en el análisis de nuestra
realidad.

Es evidente que los mitos y tradiciones se estructuran
de forma tal que influyen directa o indirectamente en la vida
cotidiana del pueblo, y ejercen una acción espiritual
dentro de ella. En particular, estos se expresan de modo variado
en múltiples manifestaciones, constituyendo en algunos
casos un elemento socialmente movilizador y en otros tiende a la
pasividad produciendo un efecto de autoafirmación,
consuelo y satisfacción.

Con este trabajo se ha identificado, de una forma u
otra, el proceso de transculturación en Cuba, precisando y
ejemplificando los mitos, las tradiciones y su
significación actual.

Bibliografía

1 Ortiz Fernández, Fernando. Contrapunteo
cubano del tabaco y el azúcar
, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1983, pág 86-90.

2 Víctori Ramos, María del C. [Internet].
El mito y la leyenda en Cuba, [actualizado 2001; citado
12 Nov 2014]. Disponible en: http://www.la
jiribilla.cu/887_33.html

3 Misas, Rolando E. "La mitología aruaca
insular
", en rev. Temas, N°9, La Habana, 1986

4 Alexandrenkov, Eduardo y Arístides Folgado.
"El casabe", en Anuario de Etnología, 1988, La
Habana, 1989, pág.36-46.

5 __________________. Diccionario provincial
casi-razonado de voces y frases cubanas
, 5ta.
Edición, La Habana, 1976, pág. 365.

6 Ortiz, Fernando, Historia de una pelea cubana
contra los demonios
, Las Villas, 1959.

7 __________________. Directorio Eclesiástico
de Cuba
, La Habana, 1986, pág. 41 y 75.

8 Guanche Pérez, Jesús. Etnicidad
cubana y seres míticos populares,
en Oralidad 4, La
Habana, 1990, pág 58-66

9 Feijóo, Samuel. Mitología
Cubana,
2da. Edición, Editorial Letras Cubanas, La
Habana, 2007, pág. 23-304

10 María T Peña González
[Internet]. Religión y sociedad en Cuba,
[actualizado 2009; citado 12 Nov 2014]. Disponible en:
http://www.google.com.cu/ Cuba. Una identità in movimento
— Religión y sociedad en Cuba.html

11 Satiesteban Argelio. Uno y el mismo,
Ediciones Unión, 1995, pág 196-197.

12 De Lhaye Guerra, Rosa M. La medicina del esclavo
(Tercera parte y final),
[actualizado Jun 2011; citado 12
Nov 2014] Disponible en: http://www.cubadebate.cu/La medicina del
esclavo (Tercera parte y final).html

 

 

Autor:

Julio César Castillo
Alejo

Samuel Herrera Alba

Enviado por:

Msc. Celia Sánchez
Pereira

Manicaragua, 2014 "Año 56 de la
Revolución"

Partes: 1, 2
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